La atrevida respuesta de lady Lizzie by Bethany Bells

La atrevida respuesta de lady Lizzie by Bethany Bells

autor:Bethany Bells [Bells, Bethany]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-04-01T00:00:00+00:00


Capítulo 8

—¡Ahí está! ¡Esa es mi chica! —⁠exclamó lord Badfields, entrando en la sala de trabajo del archivo del Museo Rutshore.

Lizzie alzó la vista del papiro que estaba reproduciendo sobre un pliego de papel. Con el sobresalto, casi se le fue la pluma, lo que hubiera echado a perder una excelente copia de un texto que había sobrevivido más de dos mil años, según le había comentado Eddie. Le estaba quedando precioso, y se sentía muy orgullosa de ello.

Badfields no pareció reparar ni en el desastre que había estado a punto de provocar ni en su ceño fruncido. Siguió riendo, encantado, y añadió:

—¡Por todos los demonios, ganas me dan de fundar una universidad solo para que puedas ir, Lizzie Keeling! ¡Y más ahora, que te pillo a solas con el hombre al que besarías impúdicamente, terminando de echar por tierra tu reputación!

Lizzie no pudo evitarlo y secundó sus risas. El señor Cabanon los miró desde otra de las mesas de la sala, con las mejillas ruborizadas, seguro que por el comentario sobre la reputación. «¡Será tonto!», pensó ella, que se sentía bastante molesta con él. En los tres días que llevaban trabajando juntos, estaba más seco y distante que nunca. Había esquivado todos sus intentos de iniciar una conversación que pudiera acercarlos, y solo habían hablado de papiros, jeroglíficos y modos de abordar sus tareas.

Ni siquiera en la fiesta, cuando Lizzie bajó del escenario, había dicho nada respecto a lo ocurrido. De hecho, no abrió la boca en la escasa media hora que permaneció allí, tieso como un palo, antes de irse sin apenas despedida. Pero para ser exactos, entonces tampoco tuvo tiempo de echarlo de menos, porque tuvo un buen surtido de reacciones.

La tía Hetty, por ejemplo, estaba furiosa, más de lo que nunca la había visto, y eso que la anciana se empeñaba en disimular y quitar importancia a lo ocurrido, como si solo se tratase de una chiquillada, otra de las muchas que ofrecía Lizzie al mundo, cada dos por tres.

—Te libras porque una dama nunca muestra su enfado en público —⁠le susurró en un momento dado⁠—. Pero ya hablaremos tú y yo de esta clase de comportamientos, jovencita.

—Sí, tía —replicó ella, acobardada por su enfado, pero decidida a mantenerse firme⁠—. Pero entiéndalo, tenía que contestar con toda sinceridad a aquellas preguntas.

Lady Morton mostró más disgusto aún.

—Niña, estás en tu cuarta temporada, y cuánto te queda todavía por aprender. Una dama nunca dice lo que piensa, sino lo que debe decir.

Lady Forrest, por su parte, se mostró tan incrédula que por una vez Lizzie se evitó algún comentario viperino. Harry y Eddie trataban de mantenerse serios, pero no podían negar que aquello los había divertido más que otra cosa, aunque estaban preocupados por Lizzie y por la posible reacción de su hermano James, cuando se enterase de lo que había sucedido.

Lettie estaba contenta, mucho, pese a que solo mencionó el tema cuando estuvieron a solas en su dormitorio.

—Me siento muy orgullosa de ti, hermana mayor —⁠le había dicho, tomando sus manos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.